lunes, 20 de abril de 2009

El amigo secreto

Odio el regueatón, porque hay una tentadora fuerza hacia el descontrol que no puedo seguir, al menos contigo, pero en la oficina que compartimos solo eso escuchas.

Después de verte semanas enteras en mi oficina, desearte en silencio y recitar canciones a 4 metros de ti, estoy listo para ir a mi primera fiesta contigo.

Es tarde, aun no llegas, sé que lo harás, no podrías ser capaz de perderte la entrega de regalos por navidad al amigo secreto, quiero guardarte un asiento pero mi tradición de ocultar las emociones, como si fuera príncipe británico, me impide hacerlo, yo solo he venido por ti, por verte, por cuidarte, para verte bailar, sensual, provocativa, hermosa, chiquilla y fumando la vida loca, sin padres y sin edad, porque a partir de cierta dosis de alcohol todos somos adolescentes, pero tu más.

Todos presienten que somos enamorados, no lo niego ni lo afirmo, es una media verdad porque el enamorado (que yo sepa) soy solo yo, lo que es verdad y ambos lo sabemos, es que tienes licencia para enamorar con la sonrisa que heredaste sabe Dios de quien, que estas armadas hasta los dedos de belleza, de encanto, que tienes de ángel, arcángel y de querubín, que te miro a escondidas y sin tu permiso me permito llamarte mi amor si estas de espaldas y Lilianita cuando estás de frente, que eres lo mejor de esta oficina que tantas horas nos ocupa, que es mi trabajo cuando no estas y mi hogar cuando llegas, que te dejo estudiarme a costa de que me descubras y te desanimes a amarme como yo lo hago contigo, que el amor entre nosotros tiene de messenger, de 23 y de 18 años, de universitarios, de boleros de Luis Miguel y Reggeaton, de Coleccionista de canciones y de Medley Mexican, de Real Plaza y conversaciones camino a casa, que tiene finalmente más de mí que de ti.

Son las 11 con 30 de la noche, apareces, no volteo a verte, atino a saludarte levantando la ceja derecha, deseo tanto besar tus labios pintados de marrón madera Nº 33 Colección Esika – París, abrazar tu espalda desnuda, acomodar a tu oreja ese pelo tuyo, ni lacio ni ondulado, ni negro ni castaño, que orgullosamente meneas al ritmo de la música que llevas dentro y tan sensualmente te hace caminar, tengo ganas de conversar contigo toda la noche, de darte fuego (para tu cigarro al menos), de tocar tu mano como quien no quiere la cosa, de olerte tantas veces de lo cerca que estas hasta adivinar tu perfume y quien sabe invitarte a bailar. Llegaste y no te sientas a mi lado, pero llegaste. Esto recién empieza.

Te veo menos cada día, pero cada noche concluyo que te amo más niña loca. Comemos, nos entregamos los regalos, te dieron la cartera que escogí para ti, a mi nadie me regala, no se porque y no me interesa, estás admirable esta noche por que para ser como tú eres, no solo hay que nacer hermosa, todo en ti es tallado, por ti, por tu familia, las circunstancias, el destino y por amor. Con que sabiduría me hablas cuando me descubres, con que experiencia me tratas, con que amor me observas, que eso de parecerte tanto al ensueño, que es esto de la magia en tus ojos, que significado tiene la ternura en tu descansar, que pasa?, quien te crees que eres para ser tan linda, tan parecido a un cielo estrellado.
Bailamos juntos toda la noche, me miraste hasta asegurarte que soñaría contigo y te reiste de mis bromas como corresponde, coquetamente me pediste que te deje en casa en mi auto, tocaste el timbre, respondieron de dentro, me abrasaste y como robabas las galletas a tu abuela de niña, me robaste el beso mas travieso que pudiste inventar a las 3 de la madrugada, acomodaste tu cabello, me guiñaste el ojo y me dijiste: gracias por la cartera, mañana serás mi amigo secreto tambien?.

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